FUTURO PERIFRÁSTICO
He perdido la cuenta de cuantas veces, la presidenta Claudia Sheinbaum, se ha servido hasta la saciedad de la perífrasis verbal de futuro. Vayamos a la mañanera del 09 de octubre de 2024. A tan sólo 24 horas de haber presentado su estrategia de seguridad, se sirvió de la siempre rentable fórmula “va a + verbo en infinitivo” al menos 50 veces. Pero detengámonos en las ocho veces en las que de manera reiterativa y con una soberbia certeza afirmó: “La estrategia de seguridad va a funcionar, esto es para el pueblo, para la gente; va a funcionar, eso no quiere decir que sea un tema de un día u otro, pero va a funcionar, porque, primero, van a tener todavía más impacto los Programas del Bienestar, y eso va a ayudar. Segundo, vamos a fortalecer la atención a las causas, y eso va a ayudar. Y, tercero, vamos a fortalecer la coordinación, la inteligencia y la investigación, y eso va a ayudar. Entonces, va a funcionar”. No satisfecha continuó diciendo: “(…) la estrategia de seguridad va a funcionar, y vamos a estar informando permanentemente. Nos reunimos todas las mañanas en el gabinete y tomamos medidas todos los días para fortalecer, entonces va a funcionar. (…) de nosotros siempre van a escuchar la verdad. Y va a funcionar la estrategia. Y concluyó, como es fácil deducir con la contundente promesa: “Va a funcionar el plan. Es muy difícil establecer, mañana, pasado, un mes, pero nuestro compromiso es que disminuyan los índices delictivos”.
¿Será que Claudia Sheinbaum tiene presente aquella frase que se le atribuye a Goebbels: “Repite una mentira con suficiente frecuencia y se convertirá en verdad”? ¿O será que simplemente confía en que el pueblo “bueno y sabio” no la va a cuestionar nunca?
Algunos se preguntan cuál es el plazo de tiempo prudente que se debe conceder a la nueva presidenta de México para poder evaluarla. Las opiniones, como es de esperarse, son diversas. Yo, por el contrario, sostengo que debe ser cuestionada desde el día uno. ¿Por qué tendríamos que esperar para evaluarla cuando la estrategia de seguridad que plantea es, en esencia, la misma que propuso Andrés Manuel López Obrador? Ella misma se ha autoproclamado como el segundo piso de la Cuarta Transformación, eso quiere decir que no se ha apartado de la desastrosa política de "abrazos, no balazos". ¿Qué es lo que debemos esperar? ¿Debemos esperar a ver cuántas personas pierden la vida al cabo de, por ejemplo, los primeros 100 días de gobierno, para establecer métricas y gráficas comparativas que ayuden a determinar si la “misma estrategia” produce, milagrosamente, resultados distintos?
¿Y mientras tanto, quiénes son los responsables? Apenas iniciaba su gobierno, el tercer día para ser precisos, cuando la presidenta en su conferencia matutina se refirió al asesinato de seis migrantes a manos de dos soldados del ejército diciendo: “(…) es un hecho lamentable, y tiene que ser investigado y sancionado. Los elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional que dispararon ya están puestos a disposición de la Fiscalía General de la República”. ¿Y qué tenemos 15 días después? La frialdad va en aumento. Hoy, la presidenta ni siquiera se molesta en lamentar ni condenar los hechos ocurridos el pasado fin de semana en Nuevo Laredo; ahora se limita a corregir a quien se atreve a preguntar: “Son dos casos, los dos en Nuevo Laredo, pero son dos episodios distintos: Un episodio, en donde fallece un elemento del Ejército y también fallece una civil, una enfermera, y sí tiene que ver con delincuentes que disparan a una camioneta del Ejército. En los dos casos se están haciendo las investigaciones por parte de la Fiscalía General de la República, y el Ejército está dando toda la información. Ese es un caso. El otro caso es un caso similar, pero con la Guardia Nacional, en donde hay una agresión a la Guardia Nacional y la Guardia Nacional responde, y también ahí hay dos civiles fallecidas; entre ellos, una niña. En ambos casos, desde el primer momento fui informada por el general secretario. Y de parte de él, de inmediato se presentaron todas las pruebas que se requieren y disposiciones que se requieren a la Fiscalía General de la República”.
Quisiera entender la lógica científica de la comandanta suprema de las Fuerzas Armadas. ¿Cómo espera que los Programas del Bienestar prevengan que civiles pierdan la vida en un fuego cruzado? ¿De verdad alguien cree que "informar permanentemente" va a reducir la letalidad de los soldados o que va a devolverle la vida a los inocentes caídos por la torpeza y la frialdad de quienes ahora se encargaran de la seguridad pública?
Con su constante recurso perifrástico, Claudia Sheinbaum parece habitar un futuro que nunca llega, enredada en promesas de resultados que, a fuerza de repetirse, pierden su sentido. Ya lo dijo Hannah Arendt con mucho más talento, “el verdadero poder de la promesa es que sirve para establecer en el océano de inseguridad, que es el futuro por definición, islas de seguridad”. Sin embargo, cuando las promesas están vacías, no son más que vulgar propaganda. Claudia Sheinbaum parece haber distorsionado la promesa, usándola como un comodín que posterga la responsabilidad. ¿Hasta cuándo toleraremos promesas vacías sin exigir resultados?